LA CRISIS DEL SISTEMA DE LA RESTAURACIÓN
Durante este período, una nueva generación de políticos y nuevos movimientos sociales (republicanismo, obrerismo, nacionalismo) irrumpieron en la vida española. El régimen de la Restauración fue incapaz de ensanchar su base social hacia esas nuevas fuerzas, que se mantuvieron siempre al margen del sistema y dieron lugar a un aumento de los conflictos sociales y políticos. Entre 1898 y 1912, los partidos dinásticos (Conservador y Liberal), con sus dirigentes principales, Antonio Maura y José Canalejas, intentaron una modernización del sistema. Pero a partir de 1912, la continua decadencia y segmentación del régimen dio lugar al fortalecimiento de la oposición republicana, obrerista y nacionalista.
El problema colonial en Marruecos y el impacto de la Gran Guerra agudizaron los conflictos, que estallaron en los sucesos revolucionarios de 1917. La incapacidad del sistema de la Restauración para renovarse y democratizarse acabó propiciando la solución militar y, en 1923, el golpe de Estado de Primo de Rivera dio origen a una dictadura hasta 1930. El compromiso de la propia monarquía con el nuevo régimen desemboco en su caída en abril de 1931.
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